Les puedo decir que hasta a mí me cansa estar escribiendo casi siempre lo mismo cada vez que termina un partido, pero me da la sensación que mucha gente no entiende de que les hablo.
Es cierto que son los jugadores quienes deben resolver los problemas dentro del campo, pero si desde el banco no llega un mensaje claro el inconveniente crece. El entrenador, que ya agotó sus pocos conocimientos al frente del plantel, hace cambios por doquier, y eso es lo peor que les puede pasar a los futbolistas; porque no tienen confianza, porque juegan con la presión que ante el primer error salen de la cancha y hasta "desaparecen" por un tiempo y jamás se puede lograr un equipo sólido, homogéneo con pequeñas sociedades dentro de campo (frase de Menotti). Todo esto, sumado a la falta de jerarquía de los jugadores y de la incapacidad vuelta a poner de manifiesto por el Presidente y su ladero el manager hacen que cada partido sea un verdadero dolor de cabeza. Podría ir contra los jugadores, pero a mi criterio el problema mayor está en el DT, quién no encuentra el rumbo, y que con su confusión confunde aún más a los jugadores. Basta de Pizzi antes de que sea tarde.
Y me dejan decirles algo sin que nadie se moleste: soy pesimista para el futuro. Ojalá me equivoque.
Fernando González
Periodista
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