viernes, 4 de marzo de 2011
El básquet y su momento.
Cuando hoy Rosario Central salga al flotante del Cruce Alberdi a las 21:30 hs. para disputar su partido ante Sport Club de Cañada de Gómez tendrá mucho más en juego que el segundo puesto para clasificar a los cuartos de final para el ascenso.
El básquet de Rosario Central siempre tuvo el estigma de no saber si continuar o frenar. Siempre que se optó por esto último, nunca tuvo un parate superior a dos años. De hecho, la última vez que se discontinuó el básquet profesional (2003) al descenso le siguió el ascenso en la temporada siguiente y el campeonato en el regreso a primera. Pero luego de haberse coronado como campeón en 2010 y el máximo ganador de todos los tiempos de la Asociación Rosarina, llegaba el momento de consolidarse y pegar el gran salto en Liga Nacional.
Con un dt que venía de dirigir a Regatas en la Rosarina y con jugadores acostumbrados al TNA y Liga A, Central parecía candidato en los papeles, sensación potenciada con el fichaje de Ezequiel Dentis. Sin embargo, la sorpresiva deserción de Leonardo LaBella antes del choque decisivo con Vélez, sumado a derrotas imprevistas (Ramos Mejía LT en el Cruce, por citar un caso) condenaron a Central a depender del cotejo de esta noche para que Rosario siga teniendo la posibilidad de soñar con seguir en la Liga Nacional de Básquet. Y digo Rosario no por una simplificación o porteñización del lenguaje, sino porque Central es el único equipo de la ciudad en competir a este nivel.
La clave para el partido será el funcionamiento de los perimetrales, responsables como siempre del goleo auriazul. En la foto se encuentran Maxi Ríos y Sebastián Garnero, quienes alternan en la base que tanto sufrió la partida de LaBella. El poder interior y la relevancia que adquirió Marcelo Piuma con la llegada de Dentis le aseguran goleo para compensar los tantos que ganó Sport con el arribo de un Omar Cantón en su máximo nivel. Sólo resta saber si el juego físico de Dentis podrá contener al pivot del Celeste, ya que la defensa de Central será exigida al máximo con un equipo con muchas variantes y que por primera vez tuvo una semana sin problemas de lesiones o suspensiones.
En Cañada de Gómez todos hablan de "clásico" (lo que puede resultar lógico, ya que los demás equipos de la Cañadense y la Rosarina juegan el federativo de clubes con suerte dispar) y de "final". Los casi 500 hinchas que vendrán desde el departamento Iriondo darán un clima propio de una justa deportiva con jugosa historia reciente, que dice que Central ganó dos de los últimos tres cotejos.
Para otra oportunidad quedará la necesidad de buscar maneras para que se repita el boom del basquet canalla como en 2009, la chance de TNA, y todo lo que pueda proyectarse. El futuro del básquet Centralista se juega esta noche a ganar por más de seis puntos, o morir.
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