domingo, 20 de marzo de 2011

No es mala suerte.


Central perdió otra vez, y ahora también se aleja de los que pelean por obtener aguna promoción. Quedarse que se perdió por mala suerte es caer en la mediocridad y desmerecer a los jugadores de calidad y jerarquía. En el fútbol la suerte no existe; existe, como les dije antes, la capacidad que poseen los jugadores para derrotar al rival. Si se tuviesen esa jerarquía o si fuesen un buen equipo, el penal, lo más fácil del fútbol, se convertiría sin problemas y no se enviaría la pelota a tres metros arriba del travesaño. Si se tuviese la categoría no se pegarían tantas pelotas en los palos; si se tuviese la inteligencia necesaria, convertirían muchos goles y los números serían muy diferentes. Y los números son irrefutables. Estar a 15 puntos de los punteros reflejan todo, la verdad. Muestran a una de las peores defensas, a un mediocampo que entre que no sabe demasiado de fútbol, está la confusión del entrenador que cambia sin sentido, hacen que todo sea más difícil aún. Y arriba, Central juega a lo que salga, como les dije en varias oportunidades. Y no sale nada.
Entonces echarle la culpa a la mala suerte me parece muy trivial; un estudiante de medicina, de ingeniería o arquitecto no se recibe de suerte, puede aprobar un par de materias estudiando 4 de 16 bolillas y que justo le toque las cuatro primeras, pero una carrera NO. Tener un billete de lotería y ganar, eso sí es suerte, porque no depende de la persona, sino del azar. Y Central depende entonces del azar. No depende de la capacidad de los jugadores ni del entrenador, por eso anda por ahí, naufragando en mitad de tabla cada vez más lejos de lograr algo. Aclarado todo esto, espero que aprendan de Unión, fundamentalmente, y del último rival de como se juega el ascenso. El 17/02/11 les dije que el tren había pasado, cuidado queda uno que lleva la estación promoción, y por la lentitud en llegar los resultados, puede que también pase, y pase muy lejos.

Fernando González
Periodista

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