domingo, 27 de febrero de 2011

Rivoira volvió a ser Rivoira.


Hacer una narración del partido que Central le ganó a Belgrano es fácil y mucho más después de haber pasado varias horas de su finalización. Y hacer un análisis, si se entiende de fútbol, o por lo menos si se tiene una buena cantidad de partidos vistos, también resultaría fácil; ahora la cosa se complica cuando hay que buscar los motivos o razones del porqué se ganó en un torneo de ascenso.
En varias notas anteriores les mencioné situaciones que sucedieron durante el encuentro. El ascenso se gana y no se juega, y que cambiar a veces es bueno y otras no tanto.
Veamos entonces: Rivoira volvió a ser Rivoira. Hizo jugar un partido del ascenso como se debe, y le dió resultados óptimos. Dejó de lado eso de jugar con tres delanteros, armó el medio combativo, puso un enganche y listo. Con ese cambio táctico, que no lució nada pero que fue efectivo, ordenó casi todo el equipo. Puso un enganche y metió dos goles. Completo. El DT se sacó la mochila de estar dirigiendo a un grande, y se dio cuenta que tenía que seguir en la suya. Y sino aparte de lo áspero que se puso el partido, le dió indicaciones a sus jugadores que se tirasen al suelo para hacer tiempo, y además cada vez que había un lateral, les indicaba a los alcanza pelotas que tirasen otra al campo de juego y eso hizo demorar o distraer al rival. Todas cosas del ascenso. Se los dije desde un principio, ahora parece que están entiendo la idea de que es jugar el ascenso.

Fernando González
Periodista

martes, 22 de febrero de 2011

Sólo contradicciones.


En todo orden de la vida cambiar siempre suele ser bueno, fundamentalmente si lo que se hace o hacemos no arroja los resultados esperados. Entonces todos sabemos que hay que hacer un cambio de estrategia o de comportamiento en algunas ocasiones, es positivo. También sabemos, dicen aún más los sociólogos, que si el resultado es el esperado -es decir, el positivo- no debe hacerse ningún cambio, pero sí hay que hacerlo si los resultados son buenos pero no del todo.
Con esta introducción nos metemos en la realidad canalla. La primera pregunta es en que posición está Central, de las detalladas más arriba. Rivoira, un gran entrenador, sino el mejor del ascenso, ha efectuado cambios a lo que siempre le dio réditos. Jamás jugó, o casi nunca, con un 4-3-3. Y lo más interesante es que ascendió con ese sistema entendiendo el Nacional B; pero en Central, obnuubilado por la grandeza del auriazul, efectuó un cambio de sistema y los resultados están a la vista. Entonces... ¿por que cambió?. Ahora cambiará el sistema, no da garantía de victoria, pero es lo que le vengo pidiendo. No debió haber cambiado. Sigamos.
Lo que si cambió y volverá a cambiar, y casi en forma indiscriminada, es la formación del equipo. Saca y pone a diestra y siniestra los jugadores. Y los resultados cada vez son peores, y no lo digo desde el resultado propiamente dicho, sino de como se llega al mismo. Entonces, para qué cambiar tanto es la pregunta ahora. Ya habrán notado a ésta altura de la nota que cambiar no es sinónimo de victoria. Por lo tanto me quedo con la definición de los sociólogos, que algunas cosas hay que cambiar pero otras no, o por lo menos perfeccionarlas.
Y para terminar, otra contradicción: siempre Rivoira jugó con jugadores del ascenso en estos campeonatos, y ahora apostó a los que nunca jugaron, cuándo él conoce muncho del tema en cuestión. Sólo hay que cambiar lo malo, pero lo que trajo resultados positivos, dejarlos... ni siquiera, tocarlos.

Fernando González
Periodista

sábado, 19 de febrero de 2011

El tren ya pasó.


Algunos meses atrás, cuando el descenso de Central se consumaba, les decía que jugar en torneo Nacional B era muy difícil y fundamentalmente que se tenía que enfrentar con jugadores, entrenadores y dirigentes que conociesen el ascenso. A nuestra radio, la 88.9, llevamos a Ricardo Palma, conocedor del ascenso como pocos, y me tomé el atrevimiento de escribir en este mismo blog y pedirle al aire que se convierta en el entrenador del canalla. Pero claro, habían llegado ignotos dirigentes sin la menor idea del ascenso, y de un joven allegado haciendo las veces de manager... y allí siguieron los inconvenientes. Entonces, se juega con "percherones" del ascenso y no con jugadores de primera que a veces se creen superiores al resto. Se contrata un técnico de esa división, pero fundamentalmente se debe entender en la posición que se encuentran y en la división que están. Se tomó todo muy trivial, trajeron algunos jugadores que nunca nadie entenderá porqué. Guizasola, Monsalvo, Shaffer, Medina, lo dejaron a Valentini, y sigue la lista. Por lo tanto el resultado fue de lo peor. Hoy me imagino que Belloso se irá y jamás volverá, que Speciale cumpla su palabra y se vaya del club y que algunos jugadores hagan un acto de honestidad y dejen de jugar con la gente. El tren del ascenso directo pasó. Todo se hizo mal. El entrenador Rivoira equivocó el camino, abandonó sus ideas obnubilado por lo grande que es Central, creyó que por estar en uno de los más grandes debía hacerse el ofensivo, olvidándose que el ascenso es otra cosa, otro campeonato. Ya está. Supongo, me imagino a la gran hinchada canalla mañana exigiendo la renuncia de los dirigentes, del pedido de renuncia del entrenador y de varios jugadores. Este es el resultado de muchas cosas. Y termino con esto: lo único que falta, es que algún estúpido piense en traerlo a Carusso Lombardi; sería el certificado de defunción.

Fernando González
Peridoista

domingo, 13 de febrero de 2011

Desorientado y caprichoso.


Ya en la nota anterior les hablaba que no era conveniente hacer tantas modificaciones por partido y tampoco seguir apostando al sistema táctico implmentado por el entrenador canalla.
Pero lamentablemente mi pronóstico fue acertado. El Sr. Rivoira, conocedor del ascenso como pocos, sigue perdido, desorientado, queriendo hacer cosas que el Nacional B no se puede hacer como jugar al fútbol. Los permanentes y muchos cambios que efectúa solo confuden más a los ya confundidos jugarores centralistas. Nunca se amalgaman las piezas y siempre sale un mamarracho. En Mar del Plata jugó casi siempre con los mismos once y ante el primer resultado no esperado cambió todo. Un equipo o los titulares no se encuentran realizando tantos cambios; se encuentran dándole confianza a los jugadores y apoyándolos en los errores, porque debe ser muy difícil querer jugar bien pensando que al primer error te sacan. Ese es el primer gran error de director técnico. Y el segundo, no menos importante: se habrán dado cuenta que en el ascenso se juega de otra manera, y ya les dije hasta el hartazgo que había que traer jugadores de la categoría y no de primera, porque todo es muy diferente. Hacen tiempo, pegan y utilizan artimañas que en primera no dejan los árbitros que se utilicen; y eso Rivoira lo sabe muy bien, pero no sé porque motivo quiere jugar distinto. El sistema 4-3-3 no puede usarse en el ascenso. Hay que poner cuatro en el medio y listo. El otro día frente a Almirante pasó algo muy curioso: Los delanteros se chocaban entre ellos y como no encontraban lugar bajaban sin sentido como los caso de Figueroa y Toledo. Entonces poner tantos delanteros es inútil. Solo juegan a los centros y a los pelotazos. Ya a esta altura habrán observado que no caigo sobre los jugadores y sí de lleno al entrenador. Está totalmente desorientado y encaprichado.
Por último, recuerden que les dije que desde la quinta fecha en adelante hay que obtener la mayor candidad de puntos y aprovechar ese sprint. Les digo ahora que al habaer quedado a 8 puntos del puntero hace que esperar hasta la quinta fecha sin obtener puntos será practicamente olvidarse del ascenso directo. Me parece que ese sprint debe adelantarse a la próxima fecha, poque sino sera todo muy complicado.

Fernando González
Periodista

miércoles, 9 de febrero de 2011

Cambiar siempre.


Últimamente Central está teniendo mala suerte, dirían los supersticiosos, (desde ya les digo que yo no creo en la suerte y menos en el fútbol), pero no recuerdo equipos que el entrenador realice tres, cuatro y hasta cinco cambios de jugadores ni por cambios futbolísticos ni por lesión. Pero la realidad marca que desde que llegó Rivoira los cambios son permanentes, hasta a veces por propia decisión, por expulsiones o lesiones. Y en éstos dos últimos puntos quiero detenerme. La expulsión de Rivarola, tonta e infantil, hará que el entrenador modifique el equipo y se resienta la parte táctica, y a esto debe sumarse Valentini que tampoco, afortunadamente, jugará. Pero el tema más importante es la lesión de González.
Veamos entonces y hagamos memoria: la pretemporada sirve y mucho, pero no es el final sino, como la palabra lo dice, es antes. Cristian González había manifestado, y lo creo absolutamente, haber realizado una muy buena preparación y que hacía mucho no completaba todos los ejercicios. Pero se lesionó nuevamente. Entonces haberse esforzado mucho antes hace que después, y antes de lo que se pueda prever, se lesione; agreguemos a Biglieri. Y en éste contexto se suman los buenos resultados en Mar del Plata, que yo les decía que no sirven para nada. Pero llegó el debút y ¡plaff !!!... lo futbolístico fue horrible, aparecieron las lesiones y se sumaron los sancionados disciplinariamente.
Conclusión: la pre-temporada sirve pero no tanto, sino que los preparadores físicos me digan porqué habilitan a jugar a un jugador que llega tres días antes del partido. Alguno me dirá que hizo la preparación en otro club, pero la pregunta que aparece ahora es ver si trabajaron iguales o hay alguna que otra diferencia. ¿Se imaginan unos en la arena, y otros en la montaña? sería un cóctel explosivo cuando estén juntos en la cancha jugando.
Mi intención de todo lo que les escribí no es que coincidan o no conmigo, sino que piensen y reflexionen del porqué ocurren las cosas en Central.
Pudo haber sido por la preparación, por la imprudencia, o como algunos dicen, por mala suerte.
Fernando González
Periodista

domingo, 6 de febrero de 2011

Más de lo mismo.


Muchos fueron a la cancha en búsqueda del tiempo perdido. Casi todos fueron con la ilusión de que se había encontrado el equipo y que a clubsitos domo Defensa se les podía ganar facilmente. Pero insisto: todos tenían esperanzas en ver a un equipo sabiendo a qué jugar. Pero Central fue más de lo mismo. Solo al pelotazo casi sin sentido, fué lo único que mostró. Yo no creo que la presión les haya jugado en contra. Hay juagadores que han jugado en Europa con mucho más público (acá hay hasta 45.000 persoanas porque más no entran) y el resto ya tiene bastante experiencia en primera.
Entonces nada de lo esperado ocurrió. Esto abona mi tesis de que los partidos de pretemporada no sirven demasiado, ya que sólo engañan a la gente con resultados sin importancia.
Central juegó un 4-3-3 y no sirvió. Más aún con el juego miserable que propuso el rival -que, dicho sea de paso, se jugó al ritmo del visitante- y desengañó una vez más a la populosa hinchada.
Poner 3 delanteros no siginifica ser ofensivo y mucho más en el ascenso. Para jugar o intentar jugar con ese sistema hay que tener un creador, y Central no lo tiene. La pelota iba por el aire a la cabeza de Figueroa y siempre a dividir. Por eso habrá que jugar con 4 en el medio y proyectar volantes y marcadores laterales con criterio. Después, más de lo mismo. Fricciones, falta de creatividad; de ideas, en definitiva. Esto debe revertirse el próximo viernes como sea. Y para abonar dos tesis más de quién les escribe, habrán notado que nadie juega al fútbol en el ascenso y que son tan mediocres que hasta jugando mal, errando un penal, Central está más cerca de los dos de arriba de la tabla que ascienden en forma directa. ¿Se imaginan si jugasen regular o bien?

Fernando González
Periodista

miércoles, 2 de febrero de 2011

Marcar la diferencia.


En la Argentina muchas cosas son al revés, y el fútbol local no escapa a esa realidad. A principios de año comienza el torneo Clausura, y a finales de año el Apertura. Ilógico. Pero eso no es todo. En Nacional B comienza año con la última fecha. Es decir que cuando empieza, termina. Pero éste es un buen punto para tener en cuenta. Está bien que se quiera analizar la participación canalla en éste campeonato hasta diciembre, pero la realidad indica que falta una fecha, y se se dan algunos resultados puede quedar a dos o cuatro puntos de los ascensos directos y en una muy buena ubicación en la tabla de posiciones.
Claro, si los resultados no fuesen los esperados, todo sería inversamente proporcional en cuanto a lo negativo se refiere.
Pero es interesante empezar la última fecha con los refuerzos, con el equipo armado y fundamentalmente sabiendo cuál es el objetivo y con cuales medios se cuentan para lograrlo. Ya les escribí sobre el cuerpo técnico, sobre los jugadores y dirigentes, sin olvidar a la extraordinaria hinchada centralista. Terminar con un triunfo y con estilo de juego, será muy importante, ya que puede ser un inyección anímica que haga que el 2010 en toda su dimensión se olvide muy pronto.
A su vez estoy notando que la gente tiene una gran ilusión, que va a encontrar un equipo que superará a los rivales de manera inmediata, y vuelvo a manifestar el concepto que no creo que se note tanta superioridad, ya que el ascenso todos se equiparan para abajo. Además, Central podrá ganar y hasta ascender, pero no recuerdo que los equipos de Rivoira hayan desplegado buen fútbol. También insisto que el ascenso se gana y no se juega.
Y para culminar les comento nuevamente, que ahora viene lo interesante; fundamentalmente después de la quinta o sexta fecha de la segunda rueda, dónde desde la cuarta o quinta fecha hasta la decimocuarta aproximadamente, hay que cosechar la mayor cantidad de puntos posible. Ese es el sprint que hay que aprovechar. Algunos se caerán por falta de suplentes con jerarquía, allí Central marca la diferencia. Ahora deberán marcar la diferencia en la cancha.
Todo está a la distancia, preparado para el retorno. Será difícil, pero tengo fe que ello ocurra.

Fernando González
Periodista