lunes, 8 de febrero de 2010

Fútbol y política van de la mano.


Como periodista deportivo mucho me gustaría escribir pura y exclusivamente de fútbol, justo un día después del partido, pero lo dejaré para más adelante y en forma muy trivial.
La realidad política de Central hace que entonces deba desviar mis comentarios y análisis a ese terreno. Ingresando en el mismo, ustedes deben recordar mis pensamientos sobre los dirigentes canallas sólo con navegar en este blog buscando notas de más de un año atrás. A mi no me sorprende nada de lo que pasó, pero me cuestan creer las declaraciones del Sr. Milicic, donde manifiesta que Usandizaga padre es un soberbio, prepotente y no se que más. Pero parece que no lo conocía, porque el ex intendente siempre fue así, y cuando estuvieron en la campaña electoral anterior se conocieron y además todos conocen del temperamento del máximo dirigente centralista. Entonces es al menos llamativo que ahora todos o algunos renuncien, porque ésto se veía venir. Los dirigentes renunciantes nunca manifestaron, o al menos públicamente, su descontento con el presidente; asintieron, votaron y firmaron. Nunca nadie se le paró fuerte y le dijo que su hijo no tenía condiciones para estar al mando de negociaciones vinculadas con el fútbol profesional.
Es cierto, no es buena la presidencia del Dr. H. Usandizaga en lo futbolístico y yo no estoy aquí para defenderlo, ya que soy muy crítico de él, pero que los que estaban cerca ahora despotrican; me parece de muy bajo vuelo. Es cierto que alguien pueda pensar que mejor tarde que nunca, pero el el momento que todos deben estar juntos se separan. Vaya paradoja.
Ahora bien: Los de afuera, llamense políticos de la nueva generación canalla, tampoco aportan nada; sólo hicieron que Mística retroceda y avancen los Canallas en Acción. Solo cambio de figuritas, o de personajes.
Se darán cuenta que todo es realmente confuso, y lo único es la unión. Por ahí anda hablando el Ing. Alberto Joaquín, que creo que es el más serio y el que tiene mas claras las cosas. Habría que escucharlo.
Y de fútbol, trajeron un punto y nada más. Es cierto, se cambió el libreto, de jugar todos juntos y aguantar a los mediocampistas rivales. Con un enganche la cosa podría haber sido diferente, pero como no trajeron a nadie (los que vinieron uno vino solo y el otro lo metió un empresario) es mejor que perder. Después del papelón frente a Tigre, ésto parece mejor. A mi no me gusta.
Fútbol y política, política y fútbol, van de la mano.

Fernando González
Periodista

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