domingo, 21 de noviembre de 2010
Reacción justa pero parcial.
Ustedes que leen mis editoriales desde bastante tiempo, saben que no me dedico a comentar los partidos, ya que ese análisis se debe hacer al término del encuentro. Lo que intento hacer es un análisis más amplio con diferentes ingredientes. El clima era muy tenso y se percibía ya a tres cuadras del mundialista, y cuando uno se acercaba, los comentarios y críticas se hacían cada vez más duros. Ni hablar en las tribunas. El partido empezó como siempre; con Central yendo, por momentos sin sentido y con muchos inconvenientes a la hora de generar fútbol. Pero ya les dije que no me quedo sólo con la táctica o el partido en sí. Como estaban jugando cada vez peor, la gente comenzó a insultar, y los canticos comenzaron desde la barra brava. Casi todos se unieron y le pedían al equipo que pongan huevos que no juegan con nadie. Es cierto, TF es una institución que no tiene hinchas, que se mantiene no sé como y que fue a sacar un puntito y nada más; Además son muy limitados sus representantes futbolísticos. Pero vuelvo a la reacción de la gente. Siempre digo que cuando las cosas andan mal es sumamente importante reaccionar, de buenas mameras, pero mostrar su descontento, ya que lo que se veía ya rosaba el espanto. Todos insultando a los jugadores y...? ... a quién más?. Por eso no me quedo con el efecto, sino veamos la causa. Ningún jugador de la primera de Central llegó el sábado y dijo quiero jugar en primera y lo pusieron; Rivoira llegó hace poco y tiene que jugar con lo que hay, porque por más que se insulte a los jugadores, nada podrá cambiar, ya que la naturaleza no se puede cambiar. El concepto es entonces la falta de jerarquía del plantel, ya que por más que se los insulten durante 24 hs. seguidas ninguno jugará mejor porque no saben jugar. Si al uruguayo Rodríguez o a Valentini se los insulta es inútil; son malos jugadores y punto. Habrá que buscar quiénes lo pusieron y porqué. Aquí los jugadores son responsables, pero ponen todo lo que tienen, todos, todos, pero no alcanza para lograr un funcionamiento adecuado. Merlo a algunos los pidió y a otros se los encajaron (perdonen la expresión), pero para cerrar el círculo del análisis llegaremos a ver que fueron los direfentes junto a Belloso que armaron este bodrio de equipo. Por lo tanto la disconformidad no sólo habrá que mostrárselas a los jugadores, sino también a los dirigentes; y eso anoche no ocurrió. ¿Habrá algo que haga que a los dirigentes no se le protesta desde la barra?.
Para ir teminando, y para tranquilizar un poco a los hinchas, sigo manteniendo la postura que en el Nacional B no se juega, se gana, se asciende. Sigo manteniendo la postura que con Rivoira se podrá ver poco fútbol e insisto que no deben sólo insultar a los jugadores, sino a los responsables en primera instancia y revisar el pasado dirigencial de los directivos, porque no es lo mismo conducir la subcomisión de patín que el fútbol profesional de Central.
Fernando González
Periodista
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