domingo, 5 de septiembre de 2010
Mal arbitraje jugando a nada.
Días pasados el entrenador canalla decía que su equipo no debía jugar al ritmo de la gente, algo que es verdad, y yo les digo que no estoy para escribir lo que quiera la gente. Yo estoy para analizar desde mi punto de vista, situaciones, circunstancias, aunque a veces no coincidamos, pero que nadie dude que lo hago con toda honestidad. Ahora bien: que el árbol no nos tape el bosque. Es cierto que el árbitro Baliño dirigió mal, muy mal, pero recuerden que Central llegó al empate con un penal también inventado. Que se equivocó en forma pareja y amonestó a jugadores locales hasta a veces sin razón. Entonces Central empató por Baliño, insisto, dirigió muy mal, pero el canalla jugó muy mal, por momentos muy mal. Allí está el problema, porque dentro de cinco días jugarán en la perla del oeste frente a Rafaela y no estará Baliño; estarán los mismos o casi mismos jugadores y el mismo entrenador. Y allí está la pregunta: ¿a qué juega Central?.
En cuatro fechas yo no lo entendí; cambio de sistema, de jugadores, no sé. Lo positivo es una vez más que no se achicaron de visitante (vieron que la gente no juega), aguantaron el vendaval y con fuerzas y temperamento dieron vuelta el marcador y casi lo ganan con nueve jugadores. Ese es un punto muy positivo. Tuvo capacidad de reacción y marcó la diferencia. Ahora falta lo más importante: que aparezca el fútbol (basta con Gómez, por favor), y encontrar un circuito futbolístico lo antes posible. La garra está, el temperamento y las fuerzas están. El sabor amargo quedó en todos porque estuvo a 40 segundos de la hazaña, pero es bueno saber que en algún punto se mejoró, pero no juegan a nada.
Dale Merlo, te estamos esperando. Baliño, horrible para los dos.
Fernando González
Periodista
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