lunes, 23 de noviembre de 2009

Nueve que juegan y dos que corren.


Hacer un análisis de Central cada vez que termina un partido ya es demasiado fácil. Y hacer una editorial, algo parecido. Hace muchos partidos les dí un diagnóstico del mal que padece el canalla. Siempre, o casi siempre, se repiten los mismos errores, y siempre o casi siempre, escribo lo mismo. Sólo porque analizo la realidad, que contra eso no se puede. En algún momento podíamos ingresar en el terreno del entrenador, cuestionándole alguna que otra táctica, cambios, esquemas...en fin. Pero evidentemente siempre ocurre lo mismo, siempre la falta de definición y la falta de jerarquía de los delanteros.
Entonces ahora, ya casi al término de campeonato, podemos decir que lo de la mayoría de los jugadores y lo del cuerpo técnico es muy bueno, opacado sólo por los que les marqué más arriba.
El partido del domingo, estaba para cualquiera, pero la ineficacia de los dos terminaron con un justo empate, a mi criterio.
Pero no nos distraigamos en un resultado; no busquemos la consecuencia sino la causa.
Y la causa son los dirigentes. Era cantada la reflexión. Faltó traer un goleador y un acompañante, y se lo tiró al bueno de Cuffaro a la cancha, y éste sacó agua en el desierto; claro, si naturaleza no te dá condiciones no se puede aprender por más que se trabaje mucho y todos los días.
Es más de los mismo, no porque Cuffaro esté aferrado a una sóla táctica o no sabe de variantes. No tiene variantes. En Central son nueve los que juegan y dos los que corren. Mucha ventaja.
¿Entienden ahora porque es fácil analizar a Central? Sólo los dirigentes tienen la solución para la próxima temporada.
Ahhh... que no se le ocurra a algún iluminado que porque Belloso convirtió un gol para los viejos, puede proyectarse como resfuerzo para el 2010. Por favor.

Fernando González
Perdiodista

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