sábado, 14 de noviembre de 2009

Citius, altius, fortius, invictus.

Central está más alto, más fuerte, más rápido e invicto. Sin embargo, el triunfo repleto de agallas contra Almagro de Esperanza dejó varias situaciones para analizar que nos distraen un momento de la punta.
Si bien parecía que el primer cuarto se estaba utilizando para probar variantes -el ingreso de Domínguez desde el arranque, la más notoria-, el segundo cuarto hizo acordar, superando por momentos, a lo peor del partido contra Brown de San Vicente.
Errores bajo las tablas propias y ajenas, bandejas erradas, segundas y terceras oportunidades desperdiciadas, rivales que tiran cómodos, mentes que vuelan... todo eso desemboca en un 28-43 en tu cancha, con tu público perplejo y el cuadro más desorientado aún.
Todo parecía derrumbarse. Referís permisivos, rivales agrandados y un Central que sorprendía a todos se conjugaban para colocar en peligro el invicto; y cuando se insinuaba la recuperación, el intercambio de antideportivas nos llevó a perder a Gustavo Souto antes del final de un tercer cuarto que nos vio acercarnos hasta el 47-55.
Allí es donde se ve la jerarquía de los equipos. En las difíciles. No importó el aro cerrado en los otros cuartos. Se recurrió a Abaca, y volvió el Black que incendió las redes en La Plata y Gualeguaychú. Slider dejó de lado el duelo con sus marcadores y sacó lustre a la fama de crack que se forja día a día. Morello, de único interno, se hizo valer. Hasta pudo verse a un Adrián Di Lenarda que comenzó una curva creciente que pocos esperaban y que le dio oxígeno a esta defensa que sacó adelante el partido con garra ante un rival que por momentos jugó con siete hombres.
A menos de cinco minutos Central perdía por diez puntos, y tuvo la última bola, igualados en 72, para ganarlo en el reglamentario. El sonido de la mano áspera, recia, dura, sobre el brazo de un Adriano Di Biaggio lanzado a la penetración no fue suficiente para que se pite la falta, y hubo que ir a suplementario.
El que mire sólo el score de los primeros 2'30" del suple pensará que fue un momento errático para ambos; sin embargo, las defensas estuvieron cerradas y la línea fue lo que separaba a ambas escuadras. Claro que la jerarquía individual pesa, y mucho. Y a este Central 09/10 le sobra. La tuvo para cortarse en el marcador, la tuvo para defender la última bola y la tuvo Di Biaggio para darse la revancha y el cierre que le impidieron los jueces.
Fue un 80-78 sufridísimo, de aquellos que veíamos en otros años, con Centralito remándola, haciéndonos parir y haciéndonos gozar. Hay que aprovechar estas dos semanas que nos brinda el fixture al quedar libres y desterrar por siempre descansos mentales como los que tomamos los dos últimos cotejos. Hay que tener peso con los árbitros, que nos dirigen casi tan mal como en otras disciplinas. Y, justo es mencionarlo, hay que llenarnos de orgullo por un equipo que termina la primer rueda de la zona centro Invicto, Más Fuerte, Más Alto.
Enorgullezcámonos, porque el Básquet de Rosario Central pide seguir creciendo. Y vos sabés que si sos de Rosario Central, sos del básquet, y si sos del básquet de Rosario, sos de Central.

ROSARIO CENTRAL: 80 Di Biaggio 8, Domínguez, Slider 21, Morello 18, Souto 7(exp.) (fi) Lupo 12, Abaca 10, Di Lenarda 4, Camino 0, Di Perna 0.
ALMAGRO (Esperanza): 78 Melchiorre 29, Puñet 20, Tabieres 9, Fernández 2, Rodríguez 9, Morales 9.

LOS PROTAGONISTAS:
Enrique Lancelotti, el DT del puntero:


Adrián Di Lenarda, garra y temple:


Jonathan Slider, el goleador:


Diego Abaca, la figura en momentos clave:


Adriano Di Biaggio, base, conductor y con el tiro del final:

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