El partido estaba más o menos controlado con un Central haciendo un planteo inteligente, y me refiero al segundo tiempo; hacía correr el balón y desgastando al rival y preparado para meter algún contragolpe letal. Cuando todo hacía prever un final feliz, apareció el entrenador y puso a Alderete y todo se complicó. Y no es que caiga sobre el jugador, sino al entrenador y su táctica. Zarif, en un puesto no común para él, se las había arreglado bastante bien, pero al ingresante lo puso muy atrás y el local se adueñó del medio campo e hizo pir en la cancha. Desde luego, el canalla ya no visitó más el área contraria y casi lo termina perdiendo.
Para muestra basta un botón, dicen: fíjensé, cuando River empata, Pizzi al instante lo hace ingresar a Biglieri, dejando en evidencia su error, pero ya no había resto para ganar. La sensación del final no fue la que predominó.
Podría haber efectuado un pormenorizado análisis del partido, pero todos lo vimos, propios y extraños, por eso prefiero el análisis específico.
El otro punto que voy a tocar en el tema arquero. Justamente un tema.
Broun tuvo intervenciones maravillosas, estupendas, demostrando que es un gran arquero, pero por allí se le apagan algunos fusibles y hace cosas inentendibles. En el primer tiempo hizo algunas muy buenas, pero la que salió al costado a hacer no se qué, es una locura. En el segundo alternó buenas y malas. En el gol, a mi criterio, se apresura a salir, porque Cavenaghi estaba cubierto por dos defensores... pero el arquero salió y adentro. Y al final casi lo pierden por él.
Es muy buen arquero, pero sería interesante ir buscando algún arquero para la segunda ronda.
Fernando González
Periodista
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