jueves, 24 de noviembre de 2011

En la zona.


A tres días de la tercer serie de local que le tocó afrontar a Rosario Central, muchas cosas han quedado dignas de ser analizadas.
Ya hay un estilo de juego. Es muy difícil vencer a este Central bajo las tablas. Si no es Mártire, es López, y si no, será Martina; lo cierto es que Central se las ingenia para prevalecer bajo las tablas, lo cual le quita margen de acción al rival y le da tranquilidad a los tiradores cuando se pasa a la ofensiva. La intensidad era la marca que traía en el orillo Pablo D'Angelo y la refrendó de gran modo en lo que va del torneo, permitiendo pocos puntos rivales y no siendo nunca superado (salvo contra Bragado y Ciclista).
Hay un compromiso pleno del grupo y una apuesta del todo por el todo por parte del cuerpo técnico. Esto, que podría parecer una obviedad, resulta un punto fuerte en un deporte donde hay tentaciones para caer en arrestos individuales, en una institución donde a veces se relega el básquet por otras prioridades, en una ciudad que lo mira de reojo mientras poco a poco la canallada apoya. El cuerpo técnico, que viene de Boca Juniors y de Regatas Corrientes (nada menos) sabe que puede quedar en la historia del básquet local, y así se comporta.
Para concluir, los aspectos negativos. El viernes varios asistentes nos entretuvimos contando los libres errados; en un partido que se definió en la última pelota, en el cual Central ganó por la mínima diferencia, resulta irritante desperdiciar 16 lanzamientos desde la línea. No fue por un gualicho de la gente de Banda Norte ni por una mala alineación cósmica; es algo que se arrastra desde inicios del torneo y aún no parece solucionado.
Por último, el extranjero. En la nota que cierra este blog, D'Angelo cuenta por qué quiere cambiar a un Marcus Morgan que, a pesar de tener una gran voluntad dentro de la cancha y una excelente predisposición fuera de ella, no terminó de consolidarse como referente ofensivo, no alcanzó la notable mejora defensiva para estar a la altura de sus compañeros, y -sobre todo- continúa cometiendo pequeñas fallas que empujan a la decisión final sobre su futuro en nuestro club.
Mientras páginas de la ciudad lo daban como acabado luego de la derrota en Junín, la tabla nos muestra un punto debajo de Banda Norte con la misma cantidad de partidos e iguales con Alianza Viedma con un partido más. La matemática nos indica que ganando lo que queda de local y metiendo uno o dos partidos de visitante nadie podrá arrebatarnos la clasificación. La realidad es que el sueño de Francisco O'Shea -homenajeado el viernes por su trayectoria- y de tantos otros ya tiene rodaje y vuelo propio, afianzándose en el segundo escalón de la Liga más importante de América.
Dialogamos con los protagonistas luego de la victoria ante Marcos Juárez, comenzando por Agustín Carnovale:

Palacios, el base y motor del equipo:

Pablo D'Angelo, explicando todo lo que se viene luego del receso:

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