jueves, 4 de agosto de 2011
A rodar..a rodar mi vida....
Predecir el futuro siempre es muy arriesgado, ya que nadie sabe que va a pasar ni siquiera dentro de un minuto, e intentar predecir el futuro canalla es mas complicado aún.
Pero vayamos por partes. Siempre con la llegada de un nuevo campeonato se renuevan las esperanzas y fundamentalmente si se han realizado incorporaciones de jerarquía. No está mal que la gente se ilusione, pero ya hay experiencia en estos tipos de torneos. Es cierto que con la llegada de Ferrari, Talamonti y Lequi el plantel se jerarquizó, ya que ningún jugador del mundo podrá jugar peor que Valentini y Braghieri, pero aquellos conocen al club y están compenetrados con la causa.
En el medio creo también que se reforzó mejor que el año pasado y pueden darle resultados positivos, pero falta en la delantera. Con Medina y con Castillejos no creo que se pueda llegar a buen puerto. Tal vez llegue algún hombre de punta aún.
El torneo se jerarquizó desde que Central descendió y ahora otros lo acompañan, con canchas de primer nivel y jugadores internacionales. Esto deja sin efecto el mito que dice que en el ascenso no se puede jugar al fútbol; ahora sí habrá que poner pero también proponer buen juego. Por eso estuvo bueno traerlo a Mozzo y a Alderete, jugadores de fuerza y presión en el medio. Al principio me dio miedo la llegada de Pizzi, que no tiene demasiada experiencia y menos como entrenador del ascenso; pero después casi todos adoptaron el mismo criterio en la elección de jugadores y de entrenadores y la cosa se equiparó.
La sensación que me da es que el equipo está bien y que puede andar; ahora, claro, pueden pasar imponderables y no conseguir el objetivo.
Para terminar seguramente ustedes pedirán que me expida sobre el caso Figueroa; en esta ocasión no lo voy a hacer ya que deben los socios solicitar explicaciones a las autoridades centralistas, pero se dieron cuenta de algo: que a los jugadores les importar un pito la gente, el club, etc. Sólo el dinero; ellos son mercenarios del dinero. Los hinchas lloran, sufren, dejan la vida alentando, en cambio ellos se cagan en la gente.
Es hora que comience a rodar el balón. Suerte Central.
Fernando González
Periodista
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