Si el análisis de partido quedara sólo al primer tiempo, hubiese dicho que era una nueva versión del espanto, en este caso versión 2011/12. Pero como los comentaristas o analistas de los partidos no nos debemos quedar con la primera imagen, debemos esperar el desarrollo del partido para hacer una estudio final.
Bien, entendido esto, tampoco nos podemos quedar con la imagen del primer partido, pero sí se pueden hacer algunas consideraciones. En los primeros 45 minutos Central fue una sombra de equipo, que no fue superado por el rival, sino que fue limitado por sus propias limitaciones. Entendiendo que no había ninguna táctica posible por parte del entrenador de poder torcer las historia. Jugó mal, dónde se recibió un gol por impericia de los marcadores centrales, y jamás se encontró un patrón de juego. Estaba a punto de decir que era más de lo mismo. Pero en el segundo tiempo todo cambió, y no solo en resultado, sino también a la actitud, a la entrega. No se jugó bien ni mucho menos, pero apareció la garra y la compenetración que reclama Pizzi y se pudo dar vuelta un resultado. Entonces se jugó de mal a mejor, de menor a mayor. Se ganó y el empate no hubiese sido injusto. Pero lo importante era empezar el torneo ganando y se hizo. Debe mejorar mucho, mucho, pero la idea debe ser la del segundo tiempo.
No le sobró nada, pero ganó.
Fernando González
Periodista
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