martes, 12 de abril de 2011

Poder de carpintero.


En varias ocasiones me puse a pensar en el poder. En qué consiste el poder. Quién ejerce el poder. Y fue en este último punto en el que me detuve para ahondar más en el tema. Obviamente mi análisis es dentro de un club de fútbol y fundamentalmente en el plantel profesional de fútbol. Y aquí empezaron las contradicciones.
Es el presidente, elegido por los socios quién ejerce el poder máximo en la institución. Éste a su vez, delega poder a secretarios o responsables de las diferentes disciplinas, y éstos a las personas que designen como entrenadores. Hasta allí todo normal o así debería ser. Pero últimamente, los jugadores han tomado un poder enorme en dicho plantel. Se les consulta si están o no de acuerdo con la contratación de algún entrenador, o de refuerzos, o de pre-temporada. Al consultarlos, sólo hacen que crezcan dentro del club y pasen a ser más importantes que el mismo presidente. Pero lo peor está por venir. Los barras aprietan a los jugadores, les piden dinero a cambio de no molestarlos, de no insultarlos y dejarlos vivir en paz. Vemos entonces que ahora el cóctel es explosivo. Si los jugadores dan dinero a los barras, los barras se convierten en gente con poder, y si los dirigentes también le dan, pierden poder sobre los barras y los jugadores.
Entonces, ahora sí, los jugadores manejan el negocio. Si no les gusta un técnico, puede ser que no ganen o pierdan a propósito hasta lograr que al técnico lo despidan. Luego ellos, consultados por los dirigentes, traen al entrenador que ellos pretendan. Si es así, el que venga, sólo será un simple planillero que nada más completará la nómina de quienes juegan, casi sin decisión alguna. Llegamos así a la conclusión de que lo menos sano en el fútbol son los jugadores, quienes a su vez juegan con el sentimiento de la gente y con el dinero de los socios. Pero claro, problema no se hacen, total su cuenta corriente crecerá mucho todos los meses. Y también puedo pensar que algunos no se lesionan, sólo que "arreglan" con el entrenador y el médico de decir que están lesionados y no que el DT lo sacó o lo borró de un plumazo. En fin, el poder que los jugadores tienen es enorme, en muchos casos inimaginable. ¿O acaso a algunos veteranos no les pagan con porcentajes de jugadores que recién debutan?. Entonces los interesados meterán presión desde dentro al entrenador y le formarán el equipo. SE HABLA QUE PARA EL PARTIDO FRENTE A CHACARITA PONDRAN BANDERAS CON LO QUE GANA CADA JUGADOR DE LA PRIMERA DE CENTRAL. CUIDADO.
Y el segundo tema que quiero tocar, es que por más que se cambie de carpintero, los jugadores seguirán siendo de madera, por lo tanto son ellos responsables, junto con los que los eligieron, del mal momento canalla. En la B se juega con jugadores de la B, que conozcan la categoría y las canchas del ascenso. No se puede venir de Central, o de Boca o de River o de Europa a jugar el ascenso, porque son tantas las diferencias que jamás se podrán adaptar al torneo.
Fernando González, Periodista.

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