Central debía ganar y ganó para alimentar nuevamente la esperanza de poder jugar la promoción. Que ganó bien ya lo sabemos; que mereció un margen de goles mayor, también. Pero no quiero detenerme en un comentario abstracto del partido, sino en algunas de las causas que llevaron a obtener el triunfo. Ante todo, el equipo de Palma jugó en forma ordenada, sin desesperarse y con una clara ambición de adaptarse al partido. Entonces deberemos remitirnos a la editorial de la semana pasada que les formulaba..."Debe empezar al revés"...y eso fue lo que hizo.
No buscó locamente el triunfo; lo hizo de la forma más conveniente en el ascenso: el de ser paciente, el de intentar jugar al fútbol siempre y cuando se pueda. Y prueba de ello es la inteligencia de Peppino, ahora lesionado, de como jugar un partido tan importante como difícil. Cuando pudo paró la pelota y salió jugando, pero cuando la cosa venía complicada, sin ponerse colorado, reventó el balón a la tribuna. Y esto, que no es vistoso, contagió a Braghieri que en lugar de hacerse el Krol de la naranja mecánica del 74, copió a Franco y no cometieron errores. El otro que se asoció fue Bava, que no tuvo que atajar pelotas difíciles pero no complicó ninguna fácil. Y Zarif jugó al ascenso, a poner y correr. Esto es obra de Omar Palma, el de tomar las situaciones del encuentro como tales y no como si cada jugada fuese la última. Después los del medio apretaron, pusieron cuando tuvieron que poner y los delanteros estuvieron a la altura de las circunstancias corriendo mucho y dejando en ridículo el estado físico de los rivales. Seguramente si el mensaje hubiese llegado antes, otra sería la realidad, pero ya no es hora de arrepentimientos sino de buscar el objetivo. Así deberá jugar hasta la última fecha, más allá de los resultados y de lo que diga la gente, que no juega y a veces complica. Se mejoró bastante, ahora falta la consolidación.
Central debería empezar los partidos al revés. Parece loco este comentario, pero es una de las lecturas que deben hacerse para jugar el Nacional B. Se ha incorporado la idea de que por ser Central uno de los tres grandes de la Argentina debe salir a buscar los partidos en todas las canchas, fundamentalmente en las de la B. No es un concepto ni una manera de encarar los partidos en forma equivocada, pero en este torneo, sí lo es. Veamos: la mayoría de los equipos con los cuales el canalla perdió puntos, fueron aquellos que jugaron a no dejar jugar, y les dio resultado. Instalada la idea que siempre Central debe proponer en toda la gente trajo resultados inesperados. Con Merlo iban hacia arriba, hacia allá, ¿vio?, pero no llegaban a ningún lado; con Rivoira iban todos, no convertían, los contraatacaban y le marcaban goles. Y con Palma, un poquito mejor. El poquito mejor es buscar el resultado, como sea en estos campeonatos, cosa que les dije hace mucho tiempo. Entonces, ahora sí, nos daremos cuenta que Central plantea los partidos al revés. En primer lugar, lo que debe hacer es cuidar el arco propio, sin que les conviertan, y desde allí intentar crear o apurar en forma ordenada y poder marcar goles al rival. Si jugando no se puede, hay que insistir, o tirarle la pelota al los marcadores centrales rivales y ellos se encargarán de cometer tantos errores como sean necesarios para que los delanteros pueden marcar. Y ésto lo digo también por los marcadores centrales canallas. Entonces de esa manera se podrá ganar más puntos. No regalarse; frente a Chacarita no lo hizo, pero al final se refugió y aguantó, nada más. Ahora otra de visitante: que vaya a cuidar el empate, los rivales se desorganizarán y de esa manera podrán traer los tres puntos para Rosario. Jugar a empatar no es ser menor, es saber jugar el ascenso.
En varias ocasiones me puse a pensar en el poder. En qué consiste el poder. Quién ejerce el poder. Y fue en este último punto en el que me detuve para ahondar más en el tema. Obviamente mi análisis es dentro de un club de fútbol y fundamentalmente en el plantel profesional de fútbol. Y aquí empezaron las contradicciones. Es el presidente, elegido por los socios quién ejerce el poder máximo en la institución. Éste a su vez, delega poder a secretarios o responsables de las diferentes disciplinas, y éstos a las personas que designen como entrenadores. Hasta allí todo normal o así debería ser. Pero últimamente, los jugadores han tomado un poder enorme en dicho plantel. Se les consulta si están o no de acuerdo con la contratación de algún entrenador, o de refuerzos, o de pre-temporada. Al consultarlos, sólo hacen que crezcan dentro del club y pasen a ser más importantes que el mismo presidente. Pero lo peor está por venir. Los barras aprietan a los jugadores, les piden dinero a cambio de no molestarlos, de no insultarlos y dejarlos vivir en paz. Vemos entonces que ahora el cóctel es explosivo. Si los jugadores dan dinero a los barras, los barras se convierten en gente con poder, y si los dirigentes también le dan, pierden poder sobre los barras y los jugadores. Entonces, ahora sí, los jugadores manejan el negocio. Si no les gusta un técnico, puede ser que no ganen o pierdan a propósito hasta lograr que al técnico lo despidan. Luego ellos, consultados por los dirigentes, traen al entrenador que ellos pretendan. Si es así, el que venga, sólo será un simple planillero que nada más completará la nómina de quienes juegan, casi sin decisión alguna. Llegamos así a la conclusión de que lo menos sano en el fútbol son los jugadores, quienes a su vez juegan con el sentimiento de la gente y con el dinero de los socios. Pero claro, problema no se hacen, total su cuenta corriente crecerá mucho todos los meses. Y también puedo pensar que algunos no se lesionan, sólo que "arreglan" con el entrenador y el médico de decir que están lesionados y no que el DT lo sacó o lo borró de un plumazo. En fin, el poder que los jugadores tienen es enorme, en muchos casos inimaginable. ¿O acaso a algunos veteranos no les pagan con porcentajes de jugadores que recién debutan?. Entonces los interesados meterán presión desde dentro al entrenador y le formarán el equipo. SE HABLA QUE PARA EL PARTIDO FRENTE A CHACARITA PONDRAN BANDERAS CON LO QUE GANA CADA JUGADOR DE LA PRIMERA DE CENTRAL. CUIDADO. Y el segundo tema que quiero tocar, es que por más que se cambie de carpintero, los jugadores seguirán siendo de madera, por lo tanto son ellos responsables, junto con los que los eligieron, del mal momento canalla. En la B se juega con jugadores de la B, que conozcan la categoría y las canchas del ascenso. No se puede venir de Central, o de Boca o de River o de Europa a jugar el ascenso, porque son tantas las diferencias que jamás se podrán adaptar al torneo. Fernando González, Periodista.
Cuando la chicharra marcó el final, quedaba atrás una llave ante un equipo que venció a Central en cuatro de los siete encuentros jugados, que lo mandó a jugar el playout, que convirtió el partido del viernes en una batahola, pero también un cotejo en el cual el Canalla dominó de principio a fin. Y lo más importante: terminó la Liga 2010/11 para toda la ciudad de Rosario. No queda mucho para decir de esta liga. Por empezar, vale recordar que la premisa de la boca para afuera, desde un principio, fue no descender, con lo cual el objetivo de (muy) mínima fue cumplido. Y, considerando que el entrenador (Hugo Juan) saltaba sin escalas de dirigir al Club Regatas Rosario en la Asociación Rosarina a dirigir Liga Nacional, parece suficiente. Sin embargo, el reforzarse con jugadores con pasado en TNA (LaBella, Piuma, Ríos, Núñez, Crocce), jugadores con pasado en la Liga B y en el Club (Garnero, Allegranza) más la permanencia de referentes (Abaca, Lupo) abría el panorama para algo más. Y así era, ya que faltando dos fechas para terminar la zona Centro sólo una victoria lo depositaría en la B1. Allí comenzaron a encadenarse las sorpresas desagradables. Una derrota de local ante el que entonces era último (Ramos Mejía Lawn Tennis) lo obligó a Central a ir el todo por el todo ante Vélez, bajo una de las plateas del Amalfitani. La llegada de Dentis motivaba a todos y el corte de Garnero hacía pensar que con LaBella de base era suficiente. La deserción del base bahiense horas antes del cotejo fue un cimbronazo irremontable, y Central quedó condenado a la B2. El arrastre de puntos y la dificultad crónica de Central y de Sport Club de Cañada de Gómez hacía pensar que la diferencia de puntos entre ellos sería lo que desempate el segundo puesto para clasificar de la B2 a los cuartos; pues bien, así hubiera sido si no fuera porque un triunfazo canalla en Plottier rompió la matemática y lo dejaba -otra vez- a Central dependiendo de sí mismo. Una derrota ante Los Indios en el Cruce merced a un lamentable arbitraje devolvió todo a foja cero, y hubo que jugar un playout contra ese rival por un doble de diferencia que Sport sacó en los choques en Cañada y Rosario. Y eso es poco. Central se ganó en la cancha el derecho a seguir siendo el representante Rosarino en la Liga Nacional. La nueva Liga B dejará de estar bajo la órbita de la Asociación de Clubes para estar bajo la CABB, lo que llevará a una regionalización, un mayor número de equipos y una competitividad creciente. Como todos los años, corren rumores de "invitación" al TNA para clubes señeros de la Liga, como Sport y Echagüe de Paraná, pero también se incluye a Central en las versiones. Lo cierto es que las invitaciones tienen de tales el hecho de que se le haría un lugarcito a los clubes interesados, pero igual deben cumplir con los avales que exige la Asociación de Clubes, el cupo mínimo de mayores, los dos extranjeros obligatorios y demás exigencias que son necesarias para competir en el segundo escalón de la liga más importante de Latinoamérica. Esas cosas requieren un desembolso de dinero y otras, simplemente, garantías de que se cumplirá con los compromisos asumidos. Una realidad: pareciera extraño que desde aquí se solicite atender las necesidades del básquet teniendo en cuenta diferentes realidades más complejas y dolorosas en nuestro querido club. Sin embargo, el presente de la disciplina, el crecimiento constante tanto en atletas como en resultados (tres títulos locales, dos ascensos nacionales, una semifinal de Liga tan sólo en seis años y medio) exige, como mínimo, buscarle una solución de continuidad al básquet de Central. El precio de la plaza era -al menos para la temporada 2010/11- menor a $ 150.000.-, o sea, menor a U$S 42.500.- por toda la temporada. A esto hay que sumarle sueldos y premios de jugadores y entrenadores, viajes, hoteles, árbitros, etc. Quizá sea el momento de agudizar el ingenio a la hora de buscar sponsors y mecenas que banquen al único club de Rosario en el básquet nacional o, mejor dicho, al equipo que representa a Central en el deporte más practicado del mundo, el de mayor crecimiento en el país y el de mejor presente. Y en Central en particular, esto se traduce en un mejor futuro. Con tres jugadores preseleccionados para la selección nacional (uno de ellos, Matías Stival, ya es integrante del equipo) y las inferiores compitiendo en gran nivel a escala nacional, en poco tiempo podríamos tener algo inédito en nuestro básquet: un quinteto canalla formado íntegramente por jugadores de nuestro semillero. La única condición para que esto llegue a buen puerto es seguir en la Liga. Un año, tan sólo un año de ausencia puede llevar a que haya que empezar desde cero otra vez. La pelota la tienen los muchachos (y los no tan muchachos) de la subcomisión. El partido se juega en Calle Mitre primero, y en la AdC después. Para finalizar, quisiera recordar con una sonrisa el paso de Juan Pablo Lupo por el básquet de Rosario Central. Es el jugador con más presencias en Liga, el máximo anotador, el que más títulos de la Rosarina (6) consiguió con nuestra camiseta y el sábado, un día antes de cumplir sus 40 años, dejó Central en busca de nuevos horizontes. El futuro dirá si volverá como espectador, entrenador, dirigente o simplemente en nuestras mentes, como referencia, como modelo, cada vez que alguien tome un tiro de tres puntos o se haga cargo de los balones decisivos.
La palabra de Juan Pablo Lupo; su visión acerca de la temporada y la confirmación de que el sábado jugó su último partido en Central:
Maxi Ríos, la figura de la temporada y su opinión:
Ser optmista no es ser estúpido. Ser optimista es avizorar un futuro exitoso pero siempre con la mirada hacia el futuro desde un punto correcto. Porque si ser optimista circulando en contramano es pensar que nadie me chocará, es un criterio equivocado y peligroso. Por eso soy positivo cuando observo un camino correcto y pesimista cuando miro el pasado, observo el presente oscuro y proyecto el futuro. Lo de Central pinta para ser muy negativo; sí aún más. Créalo. Haber cambiado el entrenador, que por otra parte se trajo a un ídolo pero ignoto sin experiencia, a ésta altura no era aconsejable. Llegó Palma y en una semana sus equipo hizo más de lo mismo. Seguir aguantando a Méndez, González y Figueroa es algo que nadie puede creer. Ya mismo, habrá que pensar en el próximo campeonato, sin éstos dirigentes que al igual que los anteriores, todo lo hacen mal, y sin el managger. En el ascenso se juega con jugadores de ascenso y no con chicos de inferiores o fracasados de clubes grandes o jugadores ya de vuelta juntando los últimos mangos. Y además de todo eso, tener un entrenador que conozca estos torneos, lo tienen al gordo Palma y no le dan bola, y así les va. Sólo yo, desde junio pasado les vengo advirtiendo éste presente, no porque tengo una gran inteligencia, sólo porque tengo experiencia y es justo lo que faltó en Central. Un grande vapuleado por All Boys, Deportivo Merlo, Ferro, Brown, y sigue la lista. Después de todo, se perdió en el Oeste por incapacidad de todos los sectores (no me vengan a decir que en el gol de ellos nadie se dió cuenta que al costado de la barrera había dos jugadores locales saltando y que se iban a abrir cuando saliese el balón y tapar al arquero..NO SE DIERON CUENTA NI EL ARQUERO, NI LOS DEFENSORES NI LOS ENTRENADORES) y el resultado fué de lo peor; se perdió, y dejaron una imagen muy triste, peleando, insultando. Este no era el camino, se los advertí, ahora por más banderas que se pongan todo está casi perdido. Seguramente con la ida de los dirigentes se irán muchos jugadores y allí sí se podrá proyectar un mejor futuro.
No es una sátira del título de la columna de FG acerca del cotejo ante Ferro en fútbol; es lo que dejó el partido finalizado hace algunas horitas entre Rosario Central y Los Indios. Porque si bien Central arrancó con todo, llevándole al rival 20 puntos de ventaja, también es cierto que Central sucumbió al esquema trazado por el Entrenador visitante, Carlos Duró, en cuanto a los momentos de selección de tiro y las comodidades para tomar tiros de larga distancia; también costó cerrar el partido, ya que hasta el triple de Núñez faltando menos de veinte segundos para culminar el cotejo no se sabía qué iba a suceder. Pero Central Ganó. Uno soslaya los problemas serios para prevalecer a la hora de buscar los rebotes, la infantil falta técnica sancionada a Piuma (goleador con 27 tantos) la expulsión a Crocce por una dura falta a Espeche y demás errores que nos costaron dilapidar una ventaja de 21 puntos porque hoy a las 21 hay que ganar sí o sí, y el ánimo debe estar por las nubes. Pero Central tiene jugadores con la sabiduría y experiencia necesarias para aquietar las aguas cuando el juego se torna frenético, para solicitar calma cuando otros buscan venganza, para dejar el vértigo para otra ocasión, para, en síntesis, mantenerse. Central ganó ajustado luego de ir ganando por 20. Allí estaremos, en el Cruce, mañana a partir de las fuentes.
Me resisto a pensar que un entrenador en pocas, muy pocas prácticas pueda hacer cambiar a un plantel la manera de jugar. Todos ellos siempre dicen que necesitan tiempo y partidos para ver cambios o que el equipo se pueda formar y jugar mejor. Ahora bien. Que pasó, es la pregunta. Desde lo conceptual, seguramente Omar Palma haya bajado otras líneas futbolísticas, que tal vez lo haya motivado, pero un cambio profundo no creo por el tiempo que lleva. Sí, parece ser, que es un entrenador sanador.....el Killy hace un par de semanas estaba para dejar el fútbol y misteriosamente con en cambio de técnico mejoró. Difícil de entender. Pero volvamos al eje de ésta editorial. Central mostró cambios de nombres y fundamentalmente órden. Pero no jugó bien, ni mucho menos. La diferencia fué que antes jugaban más o menos así y no convertían, y en ésta oportunidad sí lo hicieron. El primer tiempo tuvo varios errores y los cánticos de hostigamiento hacia los jugadores no se hicieron esperar; es más se fueron silbados cuando terminó el primer tiempo. Y todo se descomprimió con el gol apenas comenzado el segundo tiempo del debutante Delgado y luego con la expulsión tonta de uno de los maradores centrales visitantes. Todo se transformo se en alegría y pudieron llegar varios goles más. Y para seguir reristiéndome a creer algunas situaciones, al final cuando ya ganaban 3-0, los mismos que insultaban a Figueroa, lo aplauideron cuando el técnico decidió su reemplazo. Cosas que pasan. En definitiva se ganó y era lo único que servía, pero todavía está lejos el rendimeinto auriazul que todos esperamos. Se ganó con órden y goles.
Lucho estuvo en la práctica de fútbol del viernes en el Gigante de Arroyito, donde se perfiló el equipo para mañana con las sorpresas de la desafectación de Chitzoff y Valentini, la rehabilitación de Zarif y la vuelta a la titularidad de Franco Peppino. La probable: Broun; Zarif, Peppino, Braghieri y Delgado; Carrizo, Ballini, Méndez y Rivarola; Biglieri y Figueroa. La palabra de Ballini, el "5" de Palma:
Carrizo, de enganche en inferiores a volante por derecha en la primera:
Franco Peppino, de nuevo titular:
Hernán Castellano, el entrenador de arqueros y la nueva etapa: