miércoles, 23 de junio de 2010
Cuatro son demasiados.
Habrán observado ustedes que me tomé algún tiempo desde mi última editorial-reflexión, ya que quise tener un panorama más claro de la realidad canalla y sólo me limité a hablar por radio en nuestro programa los jueves de 20:00 hs a 21:00 hs. en la 88.9 Mhz.
Supuse, y en forma equivocada, que en Central reinaría la cordura y la lógica y no aparecerían algunos trayendo soluciones cuando fueron ellos que llevaron a la institución al debacle y al descenso. Pesé que iban a desaparecer, pero aparecieron, criticando y hasta con un tono de "yo no fuí" y eso me dejó muy preocupado. Este es el momento de la unidad canaya, sin distinción de banderas políticas, uniéndolos una sola bandera: LA AZUL Y AMARILLA.
Pero no pudo ser. Grupos que fueron partícipes del momento actual, grupos que nunca pudieron hacer creer su proyecto y grupos que aparecieron a última hora como si Central fuese un supermercado. Demasiado poco para la realidad centralista. Yo, desde aquí, no les estoy diciendo a quienes deben votar o a quienes no. Sólo les digo una véz más que reflexionen; ya no hay margen para el error. Algunos hablan de dejar a Madelón, y yo pregunto ¿como hará para plantear un partido cuando con All Boys le erró de costa a costa?. Yo pregunto ¿que pasará sin Central pierde uno o dos partidos?. A Madelón lo insultarán a más no poder. Entonces hay que cambiar al entrenador. Ese se fue al descenso. Sí, al Nacional B. Dejar jugadores es casi criminal, o no creo que nadie deje de imaginar si Zelaya malogra un gol en la primer fecha que le dirán, o que Goméz siga con esa pasividad para jugar en el ascenso. Tal vez Broun y los zagueros deban quedarse, pero el resto debe irse, claro, dignidad por medio. Ven, ya no pido jerarquía.
Tampoco es traer ex jugadores ya que, como dijo el Gordo Palma, en el Nacional hay que correr, no se juega con el apellido. Sabrán entender. Y volviendo al tema dirigencial, han demostrado intereses particulares y no colectivos. Podrá caerse alguna que otra lista, pero en el momento que se necesita estar unidos, van mutilados en cuatro fracciones. Increíble. Sí, cuatro son demasiados.
Fernando González
Periodista
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