Siempre desde la dirigencia se bajó el mensaje de que todos estaban abocados al ascenso. En pos de eso, todo pasaba a un segundo o tercer plano, todo reclamo se posponía para el primer lunes de julio, y todos pensábamos que el primer día de la temporada 2012/13 nos iba a encontrar en 1ª de AFA, como nos merecemos.
Sin embargo, no se logró el objetivo, y parece que se viene la hecatombe nuclear. Si fuera sólo otro año en la segunda división, si pasara sólo por la pelota, la cosa es simple: subir, hacer una buena campaña en primera, y todo queda como un trienio de desaciertos y anécdotas. Pero cuando eso compromete a las diferentes áreas de la institución, allí es donde comienzan las penurias difíciles de solucionar.
Sin entrar en el ya remanido tema (al menos por nosotros) de lo que podría pasar con Arroyo Seco, la pregunta que quiero hacer en este artículo es ¿son incompatibles el básquet profesional y el armado del equipo de fútbol?
Se rumorea que hay una deuda de $ 380.000.- por los últimos cuatro meses de campaña. Si tenemos en cuenta que la temporada de básquet dura sólo 9 meses, podemos proyectar el cálculo y llegar a la conclusión que un plantel como el que tuvimos, que llegó a cuartos de final y que podría haberlo hecho aún antes, costó $ 855.000.-.
Así planteado, pareciera que hay que ponerle un candado al Cruce Alberdi y dedicarnos sólo al básquet amateur, que, con un equipo sub 24 (exepción hecha de Núñez) y un dt de la casa (Agustín Pujol) ocupa un más que meritorio segundo lugar. Pero propongo otro cálculo: ¿cuánto sale un jugador suplente de suplente de fútbol?
Un, pongamos, Rodrigo Salinas (7 partidos jugados) estuvo alrededor de los U$S 15.000.- y departamento, avalado por sus buenos antecedentes en Godoy Cruz y demás equipos del ascenso. La temporada de fútbol consta de 12 meses, lo cual lleva la cuenta a U$S 180.000.-. Al cambio oficial al día de hoy ($ 4,545) llegamos a la friolera de $ 818.100.-, con lo que concluimos que tener un equipo profesional de baloncesto en el segundo escalón de la mejor liga de América luego de la NBA cuesta $ 36.900.- menos que Salinas. O, si se prefiere, U$S 8.118,82 menos que un jugador que sólo jugó 7 partidos.
Asistimos con sorpresa los amantes del básquet, viernes tras viernes, a confirmar que Rosario Central no posee ningún tipo de sponsor, salvo Pagano Luraschi Bienes Raíces (que acompañó desde siempre al básquet) y la empresa que se encarga de los traslados de los planteles. El resto, salvo estática, nada. El apoyo oficial brilla por su ausencia. No nos sorprende de la provincia, quien no podría dar abasto con los clubes de Sunchales, Rafaela, Firmat, Cañada y un largo etcétera de la provincia que más aporta a la Liga Nacional junto con Buenos Aires. Pero ¿la “Muni”?.
Alguien que lea esto de los aludidos pensará “si le doy a Central, le tengo que dar a todos”. Un pequeño aviso, lector desprevenido: Rosario Central es el único equipo de Rosario en el TNA. Llegó allí invitado por sus tres campañas consecutivas en la Liga B (Actual torneo Federal), donde llegó por mérito deportivo. Repasemos: Liga, TNA, Federal, Federativo. Y la Rosarina, que es aparte, ya que al Federativo hay que inscribirse. ¿Es lo mismo apoyar a un club –si fuera fútbol – de la B Nacional que de la D?
Si dividimos el dinero de diferencia de Salinas (sigo con ese ejemplo; perdón por poner nombres, pero quiero que se comprenda la idea central) son 900 dólares por mes. Y eso sin tener en cuenta que puede buscarse apoyo en tantas otras empresas de la ciudad que tanto hablan de la “Marca Rosario”, y demás.
Otra opción sería la “fusión”. Un ejemplo claro de esto, yéndose a otros deportes, fue cuando en la incipiente liga nacional de vóley River Plate jugó de local en Chacabuco (Bs. As.) o, yéndonos a otro deporte, cuando Argentinos Juniors hacía las veces de local en la provincia de Mendoza. Pero para ello habría que primero cancelar la deuda, claro, amén de incluir una cláusula que haga que Central sea el dueño de la plaza, y no la provincia que quiera contar con un equipo de TNA como sea.
Lo cierto es que no parece tanto sacrificio renunciar a un suplente de suplente en pos de tener otro deporte profesional más. Barcelona, por poner un ejemplo, tiene 5. En Argentina sólo hay 3 deportes profesionales de conjunto y en dos Rosario Central está muy bien representado. Si se pierde un suplente de suplente, habrá que cubrir ese sitio con algún jugador de inferiores, tapado por no tener torneo de reserva desde 2010. Si se pierde la plaza del TNA, se perderá muchísimo prestigio (¿quién vendrá a jugar a un equipo que puede desaparecer salga como salga?), jugadores (¿qué jugador de inferiores con proyección nacional se quedará para jugar no más allá de la Rosarina?) y, sobre todo, un sitio que a Rosario Central le costó 25 años volver.
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