Tenía que ganar y ganó. No interesaba como, pero había que hacerlo y Arroyito es un templo Gigante. Y lo logró con mucho esfuerzo, mucho más de lo que se necesita para ganarle a conjunto jujeño, con mucha audacia y convicción de que en algún momento la valla rival iba a ser superada. A veces lo hizo con órden, otras no tanto, pero con tranquilidad y no ingresando al terreno de la locura como muchos hinchas ingresaban al notar que los minutos se consumían y el gol no llegaba. Seguramente se podrá hacer un análisis de lo colectivo y de lo individual. Pero en ésta oportunidad los voy a obviar, ya que en lo individual sería a mi criterio analizarlos con los jugadores rivales, ya que no existe punto de comparación entre los de acá y los de allá. Y colectivamente podré decir que aprobó, pero teniendo en cuenta que el entrenador hace cambios siempre y por cualquier motivo, no podré analizar el conjunto porque para poder hacerlo deberán pasar varios partidos juntos y ésto en Central no ocurre.
En definitiva mi tésis sigue vigente, la de ganar como sea (aunque no me guste pero ésto es ascenso) estar cerca del puntero y esperar el sprint final de la mejor manera.
Fuí a la cancha a ver fútbol y terminé viendo a Lequi haciendo con su socio Pizzi un papelón, un verdadero papelón haciendo esa parodia -con actores de reparto como el árbitro y Mozzo- para que lo amonesten, y lo peor que la gente lo aplaude..en fin...no me puedo imaginar en el teatro El Círculo a un tenor haciendose el enojado y retirarse y a la gente aplaudiendo.
Fernando González
Periodista
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